Contribuyentes

3 ene 2011

Volviste

Ayer hablé contigo, te pedí mis cosas como siempre lo hago. Yo todavía tengo las tuyas. Bueno, no hay plural, solamente tengo un disco que me prestaste cuando recién comenzábamos. Feliz año lindura, dijiste. Feliz año y esas tonterías que se dicen por estos días, te respondí. Pensé que sería lo mismo de siempre: Tú insultándome y yo también. Siempre que te escribía tenías un comportamiento tan pesado porque nuestra relación había terminado mal, disculpa. Era realmente incómodo hablar contigo, y casi siempre yo cortaba la conversación a los diez minutos. Eras insoportable. Siendo sincera, tú y yo nos poníamos insoportables. 

Ayer no fue así. Por primera vez ambos nos comportamos de una forma tranquila, sin tantas tonterías, y hasta puedo decir que parecíamos amigos. Nos contamos las cosas de verdad, lo que realmente pensábamos, lo que realmente pasó. Tú te comportaste como tú, yo me comporté como yo(eso creo), y no fuimos tan falsos como cuando éramos enamorados. Creo que era algo que necesitábamos, al menos yo. Me daba igual, pero siento que ahora, aunque no me guste tanto admitirlo, me he quitado un peso de encima. Sabes, mientras hablaba contigo pensé que podríamos ser amigos de nuevo, pero recordé tu frase: Yo no soy amigo de mis ex. Vaya tontería. 

Ayer me dieron unas ganas de estar contigo de nuevo. Me dieron unas ganas de ir a un hotel y que pasara lo mismo de siempre. Sí, maldita mierda, creo que tengo que admitir esto. Eres mucho menor que yo y eso me excita más, habías dicho una vez. Ayer me dieron muchas ganas de escucharlo de nuevo. 

Ayer te extrañé porque sí, me caes bien. También te extrañé porque me sentía sola, pero eso no importa.